Del 18 al 21 de septiembre, tuve el privilegio de formar parte del IX Congreso Nacional de Filosofía, uno de los eventos más influyentes en el pensamiento filosófico del país. En esta ocasión, participé como ponente en el simposio de Filosofía de la Tecnología, organizado por la Red Colombiana de Filosofía de la Tecnología (Phi-Tech), donde presenté la ponencia titulada: “¿Es posible un principialismo en el quehacer tecnológico? Análisis de la innovación tecnológica en las ciencias de la ingeniería”
Esta ponencia representa una reflexión profunda sobre la interacción entre tecnología y sociedad, destacando cómo la innovación ha moldeado nuestras capacidades productivas y las estructuras sociales a lo largo de la historia. A lo largo de mi intervención, desafié el enfoque del determinismo tecnológico —la creencia de que el desarrollo tecnológico dicta el rumbo de la sociedad— y propuse un enfoque más amplio y ético para entender la innovación.
Desde una perspectiva crítica, examiné si el principialismo tecnológico propuesto por Martin Peterson Peterson puede ofrecer un marco adecuado para comprender las responsabilidades sociales que acompañan la innovación. Mi análisis invitó a una reflexión sobre el equilibrio entre el progreso tecnológico y el impacto ético que este debe tener, abogando por una innovación que promueva la equidad social y no quede en manos exclusivas de las grandes corporaciones.
La tecnología, más que un mero conjunto de herramientas, debe ser un catalizador para el bienestar social, económico y ambiental. Argumenté que, para ello, es necesario un liderazgo comprometido con la ética y la responsabilidad, asegurando que el desarrollo tecnológico sirva a los intereses de toda la sociedad.
Además, el 19 de septiembre, de 14:00 a 16:00, participé en la reunión de la Red Phi-Tech, donde propuse un proyecto clave: la creación de una mesa de trabajo para que las universidades del país impulsen la enseñanza de la filosofía de la ingeniería en sus facultades. Este proyecto tiene la visión de fomentar el desarrollo tecnológico en Colombia, asegurando que los futuros ingenieros integren principios éticos en sus procesos de innovación, contribuyendo así a la responsabilidad social y al crecimiento sostenible.
Mi experiencia en este congreso reafirma mi compromiso con la investigación y el diálogo sobre el futuro de la tecnología y su relación con la sociedad. Estoy convencido de que solo mediante una reflexión crítica y ética podremos guiar la innovación hacia un impacto positivo y duradero para todos. ¡Este es solo el comienzo de un proyecto de largo aliento que busca transformar la manera en que concebimos la tecnología en nuestro país!